Además de la Ciudad de Buenos Aires, los portugueses se alojaron en Isidro Casanova y González Catán, pertenecientes al partido de La Matanza. La decisión de vivir en estas localidades se debió a que muchos familiares, amigos y conocidos portugueses ya residían allí.
Era común que los inmigrantes portugueses eligieran vivir en la Argentina tras recibir una carta de algún familiar que ya estuviera residiendo en el país. A la vez, era usual que, una vez arribados, vivieran un tiempo en la casa de algún familiar antes de conseguir su propia vivienda. El sentimiento de cercanía y la generación de redes de contención afectiva y lingüística dentro de la comunidad, hacían que los nuevos inmigrantes decidieran alojarse próximos a sus conocidos.
De acuerdo con los datos de la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina el número de inmigrantes portugueses que llegaron a la Argentina entre 1857 y 1970 fue de 45.000 personas y se destacó por su intensidad las décadas entre 1920 y 1930, y entre 1940 y 1960.