La brecha cultural entre Argentina y Senegal es tan grande, que el apoyo de la propia comunidad es fundamental. Por eso, las cadenas migratorias son una constante y todo senegalés que llega a la ciudad tiene algún conocido a quien contactar y pedirle ayuda. Con ellos, pero también en los cursos de idiomas de la Facultad de Filosofía y Letras, aprenden el castellano. Y una vez instalados, se dedican a las actividades laborales que desarrollaban en su lugar de origen que suelen estar relacionadas con el comercio.
La Asociación de Residentes Senegaleses en Argentina es la primera institución de esta colectividad en nuestro país. Creada en 2007 para promover la integración de los residentes senegaleses, reclaman la creación de una embajada, consulado o cualquier tipo de representación diplomática.
Existen ONGs, además, que durante los primeros meses se encargan de canalizar la ayuda de las Naciones Unidas y les financian el hospedaje, les ofrecen cursos de idiomas y les ayudan a insertarse laboralmente. Al igual que en Senegal, donde el 84 por ciento de sus 13 millones de habitantes practican la religión musulmana, muchas de las tradiciones, eventos, ritos y ceremonias que practican los senegaleses residentes en Argentina giran en torno a la religión. Las actividades religiosas se desarrollan, por lo general, en las mezquitas Rey Al Fadh, en Palermo, y Al Ahmad, en Constitución.
