La colectividad suiza tuvo una intensa vida social e institucional en la Argentina. Fue la solidaridad entre los inmigrantes, que se encontraban lejos de su tierra y en un país extraño, lo que dio el primer impulso a la organización de la colectividad. Ya en 1861, el representante oficial de la Confederación Helvética, el cónsul Don Antonio Demarchi, convocó a sus compatriotas para fundar la Sociedad Filantrópica Suiza y asistir “a los menos afortunados entre los suizos de su distrito consular”. Pronto se convertiría, no sólo en el centro de la actividad de beneficencia sino también el lugar clave de la vida social.
Y fue la Asociación Filantrópica quien construyó la Casa Suiza en 1893, un hermoso edificio con un cartelón de estilo Art Déco que fue declarada “Bien Integrante del Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” por la Legislatura porteña. Durante la última dictadura, la Casa Suiza fue un refugio para algunas “Madres de Plaza de Mayo” que tuvieron que esconderse en su sótano durante días ya que eran perseguidas por los militares.
El Club Suizo de Buenos Aires se fundó en 1912 en la Casa Suiza, para estrechar vínculos entre la comunidad suizo-argentina y mantener viva la cultura de la patria lejana dentro de un marco de actividades sociales, deportivas y culturales. El Club sigue funcionando y tiene una sede en Tigre. En la actualidad, participa en regatas oficiales, regatas internas, competencias de resistencia y en toda la actividad que se refiere al remo.
