Un sonido típico ucranio es el de la Bandura. Este instrumento de cuerda pulsada, que combina los elementos de la caja de la cítara y el laúd, llegó a Buenos Aires a principios de los años 60 a través de un grupo de refugiados ucranios provenientes de Shangai. Ellos popularizaron el arte de tocar la Bandura entre los inmigrantes, quienes formaron agrupaciones de banduristas muy populares en la comunidad.
Otra tradición de la colectividad que además es una verdadera curiosidad es el arte de escribir huevos con distintos símbolos. Esta tarea demanda entre ocho y diez horas de trabajo y es parte de una tradición milenaria que los inmigrantes no abandonaron al llegar a la Argentina.