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Asociación de Residentes Uruguayos en Buenos Aires
La primera organización de uruguayos en Argentina se llamó Club Oriental y se formó el 27 de mayo de 1884 en Buenos Aires. Diez años más tarde, en 1894, se creó la Sociedad Oriental de Socorros Mutuos, en Concordia, asociación que todavía continúa activa.
Consejo Consultivo de Buenos Aires
El artículo 74 de la ley uruguaya 18.250 creó a los Consejos Consultivos y les dio entidad de interlocutores válidos ante el Estado uruguayo en el exterior.
El Consejo Consultivo de Buenos Aires, bajo el paraguas de esta ley, es un espacio de participación ciudadana representativo de la colectividad uruguaya en nuestra ciudad; un espacio abierto, integrado por organizaciones civiles de residentes uruguayos, partidos políticos y ciudadanos independientes uruguayos.
Casa Zitarrosa
La Asociación Civil Encuentro Argentino Uruguayo – Casa Zitarrosa, fundada en 2003, recibe su nombre en homenaje al cantante popular uruguayo Alfredo Zitarrosa (1936-1989). En el local, que ellos mismos restauraron, se realizan exposiciones y conferencias; y tienen un programa de actividad cultural y de desarrollo de la amistad de los pueblos de Argentina y Uruguay.
Calles, plazas y monumentos
Quizás sin saberlo, caminar todos los días por Buenos Aires es también caminar un poquito por Uruguay. Es que es una de las nacionalidades latinoamericanas más referenciadas en las calles porteñas. Las calles Montevideo, Colonia y Paysandú, y la plaza República Oriental del Uruguay, son apenas algunos ejemplos. Horacio Quiroga o José Enrique Rodó son dos escritores uruguayos. Y Adolfo Tiburcio Besso, Bartolomé Hidalgo o Juana de Ibarborouson, poetas. Artigas, Garzón o Lavalleja fueron nombradas así en honor a militares uruguayos. Y hay muchas más: el dos veces presidente de Uruguay José Pablo Torcuato Batlle y Ordoñez, los periodistas Agustín de Vedia, Isidoro De María y Juan Carlos Gómez, el sacerdote Damaso Larrañaga y el horticultor Ángel Peluffo, todos tienen su calle.
También hay calles que cuentan historias de Uruguay. El grito de Asencio, por ejemplo, hace referencia al grito de libertad que pronunciaron el 28 de febrero de 1811 los uruguayos Pedro José Viera y Venancio Benavides a orillas del arroyo Asencio. Este grito fue el punto de partida de una serie de levantamientos que culminaron con la proclamación de la caída del gobierno español.
En el Parque Lezama hay otro pedacito de historia con Uruguay. Ahí está el Monumento a la cordialidad argentino-uruguaya, que fue una donación de la República Oriental del Uruguay a la ciudad de Buenos Aires por los 400 años de su primera fundación.
