La vida social de la colectividad gira en torno a las iglesias que funcionaron desde el comienzo como fuente de información, lugar de contención emocional y afectiva y como instancias de mediación entre las dos culturas. La colectividad coreana cuenta en Argentina con cuarenta iglesias evangélicas, una católica y dos templos budistas. En menos de un año de la llegada de la primera oleada de migrantes coreanos registrada en el país, en marzo de 1966, se fundó la Iglesia Evangélica Presbiteriana Coreana “Han In”. Cuatro años después, surgió la Iglesia Católica Coreana.
La educación con contenidos históricos, lingüísticos y culturales también comenzó en los lugares de culto. Para los inmigrantes coreanos, las iglesias cumplen otro rol fundamental, en tanto conforman una red de intercambios entre hombres y mujeres que buscan formar pareja. Por eso, no llama la atención que hasta los no creyentes las frecuenten.
