Los escoceses, junto con los ingleses, fueron quienes trajeron las novedades y técnicas propias de la Revolución Industrial. También fueron los propulsores de importantes transformaciones en la tecnología agraria. Ambas colectividades fueron las impulsoras del desarrollo de la ganadería lanar y bovina en la Argentina. Su incansable labor en el campo ayudó a una notable mejora en la capacidad productiva. En este punto cabe destacar que un gran aporte de los escoceses a la Argentina fue la introducción de la raza Aberdeen Angus, cuyo nombre hace referencia a la región de Escocia de donde proviene.
En la ciudad, los escoceses también contribuyeron con su trabajo al trazado de numerosas obras públicas porteñas, como la construcción de cloacas y de sistemas eléctricos. Otros brindaron servicios profesionales, ya sea como doctores, maestros o ingenieros, o se dedicaron al comercio. A partir de 1860, la llegada del ferrocarril requirió mano de obra especializada que sólo podían brindar aquellos inmigrantes dotados de conocimientos específicos. Los escoceses aportaron entonces ingenieros, maquinistas y administradores clave a la hora de afianzar ese importante proyecto.
