Dentro de la geografía porteña, los barrios elegidos por los inmigrantes armenios fueron Flores, Barracas y Palermo. Éste último es el más identificado con la colectividad, especialmente en el tramo de la calle Armenia, de Honduras hasta la Avenida Córdoba, así como en las calles aledañas, donde existen numerosas sedes institucionales y espacios recreativos. Eso hizo que desde hace algunos años comenzara a llamarse a esta zona como Palermian.
Entre las fachadas de esas cuadras, sobresale la cúpula de la Catedral San Gregorio el Iluminador, rodeada del Arzobispado, el Centro Armenio, el Instituto Educativo San Gregorio el Iluminador, la sede de la Unión General Armenia de Beneficencia y su Instituto educativo Marie Manoogian, la Asociación Cultural Tekeyán, la Asociación Cultural Armenia, el Centro Cultural Tadrón, la Unión Compatriótica Armenia de Marash, además de restaurantes étnicos y locales comerciales que ofrecen objetos tradicionales.
Actualmente, en la calle Armenia al 1300 existen dos importantes monumentos conmemorativos. El primero está ubicado en los jardines del Arzobispado y homenajea a los mártires del genocidio armenio perpetrado por el imperio otomano entre 1915 y 1923. El segundo, por su parte, está situado frente a la sede Surén y Virginia Fesjian del Centro Cultural Teyekán y recuerda la batalla de Sardarabad, símbolo de la lucha del pueblo armenio por su libertad y su fe.
