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Colectividad alemana

Historia de la colectividad

Aproximadamente más de 600 mil personas con antepasado alemán viven en la Argentina. Sus más de 200 asociaciones culturales, deportivas y sociales son muestra de la fuerte relación con esta comunidad. ¿Un dato interesante? Alberto Prebisch, el arquitecto que diseñó el Obelisco, fue hijo de un inmigrante alemán.
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Dos hechos simbolizan de manera rotunda el vínculo y la influencia de la comunidad alemana en la Argentina. El alemán Ulrico Schmidl participó de la expedición de Pedro de Mendoza en la fundación de Buenos Aires y dejó crónicas de sus viajes que todavía hoy tienen un inmenso valor histórico; y el porteñísimo Obelisco fue diseñado por el arquitecto Alberto Prebisch, hijo de un inmigrante alemán nacido en Dresde. Además, la construcción del monumento estuvo a cargo de la filial local de la empresa alemana Siemens-Bauunion.



Los primeros inmigrantes llegaron en 1825, por la gestión de un alemán llamado Karl Heine, que fue enviado a Europa por el gobierno argentino para atraer inmigrantes. La llegada no fue fácil: Heine logró reunir a 311 personas con las que navegó hacia América del Sur, pero al llegar a Montevideo, en plena guerra de Argentina con Brasil, el barco fue interceptado por la marina de guerra brasilera, y los migrantes permanecieron prisioneros en esa ciudad durante tres meses, hasta que consiguieron escapar a las líneas argentinas. Las autoridades dispusieron que los recién llegados fueran alojados en un edificio desocupado perteneciente a los jesuitas y ubicado en la Chacarita de los Colegiales.



A partir de 1878 comenzaron a arribar los Alemanes del Volga, que provenían de las riberas rusas del río Volga. Y en los años treinta llegaron numerosas familias judías que escapaban del hostigamiento y la persecución antisemita organizada por el nazismo. Muchos de ellos debieron ingresar en forma clandestina, ya que la inmigración al país estaba oficialmente cerrada. Pero luego de concluida la Segunda Guerra Mundial, fueron varios los jerarcas del Tercer Reich que se ocultaron para evadir los enjuiciamientos debido a sus responsabilidades en el Holocausto y en la guerra.



Esta variedad de inmigración alemana dio lugar a un amplio abanico de corrientes políticas internas. Algunos grupos alemanes organizaron asociaciones liberales antifascistas, como en el caso de los intelectuales reunidos en torno al periódico Argentinisches Tageblatt, mientras que otros fueron abiertamente partidarios del nazismo. Los alemanes socialistas, comunistas y progresistas también crearon sus propias instituciones, como por ejemplo la Asociación Vorwärts.



Según datos oficiales, hacia 1920 vivían en Argentina alrededor de 150.000 alemanes, lo que representaba el 2,3 % de la población total. Más recientemente, en 2009, la Embajada Alemana informó que vivían en el país unas 600.000 personas con algún antepasado alemán.

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