Una gran corriente inmigratoria llegó a la Argentina durante fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Sirios, musulmanes, cristianos, y de otras confesiones religiosas, confluyeron en diversas instituciones en nuestro país y realizaron, desde ellas, valiosos aportes a nuestro patrimonio cultural. Dirigentes políticos, artistas, escritores, folkloristas pertenecieron a la comunidad siria en la Argentina dejando un peso similar al de los otros grandes grupos de inmigrantes europeos que marcaron su huella en nuestro país.
Según los registros oficiales entre 1850 y 1950 arribaron a la Argentina unos 108.000 inmigrantes provenientes de Medio Oriente. A pesar de que en su país de origen eran principalmente agricultores, aquí se dedicaron especialmente al comercio, en gran parte influenciados por la dinámica propia de las cadenas inmigratorias. A través de ellas, un paisano mandaba a llamar a sus compatriotas y les prometía trabajo en su comercio hasta que pudieran independizarse.
