Líbano es un país independiente de la costa oriental del mediterráneo. De allí, proviene una de las principales corrientes inmigratorias que llegaron a la Argentina, durante fines del siglo XIX y principios del siglo XX.
El Líbano y la Argentina supieron forjar un vínculo recíproco y fructífero, tanto a nivel cultural como comercial. Así, en el año 1954 se exportaron 30.500 kilos de Yerba Mate hacia el país de los cedros, dato que aporta un relevante testimonio acerca de la relación existente entre ambas naciones.
La presencia libanesa en la sociedad argentina, tiene un peso similar al de los otros grandes grupos de inmigrantes europeos que dejaron su huella en este país. Según los registros oficiales, entre 1850 y 1950, arribaron a la Argentina unos 108.000 inmigrantes provenientes de la región comúnmente conocida como “Medio Oriente”.
Aquí se dedicaron especialmente al comercio, en gran parte influenciados por la dinámica propia de las cadenas inmigratorias. A través de ellas, un “paisano” mandaba a llamar a sus compatriotas y les prometía trabajo en su comercio hasta que pudieran independizarse.
