• 500 g de harina • 250 g de manteca • 1 huevo • 500 g de queso duro sin estacionar (reggianito o sardo) • Aceite • Agua • ½ cda. de sal
1. Colocar la harina en forma de corona. Añadir la sal, la manteca y el huevo, y mezclar. Agregar progresivamente agua tibia y amasar hasta obtener un bollo suave y elástico. Dejar reposar por ½ hora.
2. Cortar la masa en dos trozos y extenderla hasta que esté fina. Cortar tiras uniformes y con ellas forrar los palitos de queso, cortados en bastones de 7x2 cm aproximadamente.
3. Freír en aceite hasta que queden dorados.